jueves, enero 22, 2009

E comenzado a creer que la locura es contagiosa, peor aún, siento temor de haberme contagiado, y de manera grave.... me he sorprendido caminando por las calles sintiendo admiración por cada ser que veo, llámese ser a cualquier cosa, animada o no. Prueba fehaciente de la locura que profeso.
Me pregunto si esto del humanismo tendrá cura,
“Quizás debí escoger la otra capsula”.... dirían algunos...
Hay días que amanezco alucinada; yo me río del aprendiz de mago, a veces creo que no puede existir un ser mas alucinado que él; cuando habla, cuando hace sus conjuros, cuando fracasa y sigue en el intento, porque cuando logra la coherencia una luz misteriosa e inasible aparece en sus bellos ojos de jirafa, si, es cierto; yo lo admiro mucho, comencé a quererle cuando lo descubrí humano, un día nublado, mientras llovía sobre santiago; junto a adn nos reímos un poco de su forma, de su pasión, que nos mueve de imágenes esperanzadoras, y que le dan sentido a nuestras vidas, y me pasa que cuando me descubro alucinando a su nivel, siento temor-alegría que me haya hechizado, que nos haya lanzado un conjuro, porque pasa que ahora me siento los pulmones y el dedo chico del pie derecho, que antes no sabía que tenía...
E comenzado a creer que estoy enferma de locura, extrañamente no siento deseos de sanar, bella locura aquella que te permite ver los ojos del que tienes sentado frente a ti, entender el idioma de los niños, bella locura bella, como la mujer bella que, desnuda le canta a la luna llena...
Parece ser en conclusión, que es bueno estar enfermo de esta locura, es más; dentro de todos aquellos que conozco existen quienes intentan crear un “bicho viral” que sea capaz de infectar a todos los que estén dormidos....
Cosa de ellos.....


______________________________________________________ magia....
con fecha 24.05.04

4 comentarios:

yole dijo...

Tu enfermedad no debes curar...la luna llena te proclama sonriente.

Besos de luz.

Anónimo dijo...

La infancia de Amaro Díaz sucede en la octava región, en Nacimiento, pueblo que despierta a los pies de la cordillera de Nahuelbuta por un lado y en la rivera de los ríos Bio Bio y Vergara por el otro. Pueblo nómade.
Nace en 1974 y vive allí hasta 1994, luego se va a Concepción hasta 1999 y qué hace durante esos años soñadores? Observar y sentir lo que pasa en ese “resto de cuidad” que hay en su alma.
Llega a Santiago en el 2000 y ya venía escribiendo.
Aquí una parte de este su proceso, un proceso de tiempos, de ordenar palabras, de Prematura Oceánica, el proceso de lo que ha sido su soñar.

Anónimo Leyenda

Anónimo dijo...

Segunda carta para Marcelo


Te dije que me dejaras en ese lugar, que fueras a dar una vuelta y cuando volvieras yo ya habría mirado las estrellas que acá en Santiago no hay porque Santiago es inocente.
Carretera espacial, a un lado pendiente estaba la tierra de Nahuelbuta y por el otro un bosque de pinos, total oscuro.
Había una curva y desapareciste arriba de tu auto agarrando prestado piedras y pedazos de tierra, en buena, a la cordillera de Nahuelbuta.
Estereo total, estábamos volados y queríamos sentir el miedo de la cordillera.
El cielo parecía color petróleo y acababa de llegar la luz de las estrellas.
Era como en las tardes donde comíamos asados acá en Santiago en nuestro bello barrio y mirábamos a las chicas bonitas como viudos, la diferencia es que ahora somos dos antiguos.
Recuerdas Marcelo cuando estábamos borrachos preguntando a los faroles por nuestra muerte?
Y cuando casi matamos a esos chicos de polera negra?
Ahora ya no importaba porque estábamos en la cordillera de Nahuelbuta y las estrellas apuntaban hacia nosotros. Hacia donde los sueños fueron sueños y las calles cantaron en un despertar de piedra color cordillera, color greda de Nacimiento.
Volví a escribir Marcelo. Gracias a la vida o gracias a la muerte mía que es un sueño como las canciones o gracias a la vida que como dice la Violeta no es verdad sino de mentiras, como los ojos de la gente que a cada rato se entre-cruzan y no sé Marcelo pero volví a escribir como cuando tu eras mago y yo poeta, recuerdas?
Como esa noche cuando me has dejado en la cordillera de Nahuelbuta espacial y bella antes de la curva a las cuatro de la mañana borrachos. En esa que nos ha visto crecer y morir en nuestro vecindario pueblo de techos negros y donde ya no sé nada hermanito lindo por culpa de mis amores tan recurrentes.
Luego de la cordillera nos fuimos al puente colgante, luego a la cancha vieja del Julio Duran y luego al fuerte de Nacimiento.
Y luego a la casa de mis padres cuando llegamos a comer pan con tomate y queso y algodón y nostalgia y cenizas y el viejo Zarko no supo si era un sueño o de verdad éramos los mismos de siempre, adelantados y nostálgicos, era verano.
Recuerdo de tiempos de Dioses manito lindo, a esos que cantábamos guitarreando en la parte oscura de la luna cuando comíamos mariscos en la fiesta y la fiesta era en mi departamento santuario antiguo acá en Santiago y era la borrachera que todos entienden y los que leen ahora están por ahí por los años de nuestra fiesta donde la magia y tantos fueron testigo soñador.

René Caro Bongiorno dijo...

Hermosa locura la se Anonimos hermosos, en ella estamos desde el día de nuestra ingraduación.